Iván vivía en un piso y tenía un perrito. El quería tener más, pero en un piso se le hacía un poco
difícil.
Se mudó a una casa en el campo con mucho terreno para que su perrín pudiera correr a sus anchas, pero por
las noches no se atrevía a salir..... Entonces Iván encontró la solución: adoptaría a dos de nuestros pequeños para que su perrín venciera ese miedo y para que tuviera compañeros de juegos. Y a
la vez, daba no una, sino dos oportunidades a nuestros pequeños de poder tener una familia y un hogar donde poder ser felices y empezar su nueva vida en el campo!!!
Muchísimas gracias, Iván por darles está magnífica oportunidad!!!